Una mujer y un hombre dándose la mano delante de una VW Clásica.
Historias Originales

Una furgo con mucha marcha

Empezó animando a la gente con su música latina y terminó animando nuestras vidas.

En el año 97 acabó en mis manos una Volkswagen clásica del 78. Por aquel entonces, yo era propietario de una discoteca de ambiente latino y, como no, lo primero que hice fue tunearla como una auténtica guagua sudamericana. La pinté de colores llamativos, le puse el nombre de la discoteca, incluso instalé una baca para llevar maletas… y lo más importante de todo: unos altavoces que se escuchaban en todo el Maresme.

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Rodar al ritmo de la noche 

Cada noche salía con la guagua animando las calles del pueblo con los mejores ritmos latinos para hacer publicidad de la discoteca. La gente se ponía a bailar a nuestro paso, nos miraba, nos cantaba, era imposible pasar desapercibidos. Tanto es así que, en el 98, el Ayuntamiento nos invitó a participar en la fiesta mayor del pueblo.

Pero el sol siempre termina saliendo y la noche nunca es eterna. Así, que después de esta bonita etapa, decidí restaurar la guagua para seguir animando, aunque esta vez, mi vida personal. 

Una mujer y un hombre de pie junto a la parte trasera de una VW Clásica.
Un hombre y una mujer sentados en el interior de una VW Clásica.

Y así fue como conocí a mi mujer

La convertí en una furgo más familiar: colores originales, altavoces de series, incluso la preparé para poder viajar… Estaba tan orgulloso que puse su foto de perfil en todas mis redes sociales. Gracias a esto, conocí a mi mujer. Se enamoró de la furgo y de nuestro estilo de vida. Y de ese flechazo a llevar 12 años viajando juntos por todos lados.

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